Si todavía no tienes planes para estas vacaciones, no te pierdas estos impresionantes destinos de Suiza que casi solo se pueden disfrutar en verano
De todo lo característico de Suiza, su terreno montañoso es una de sus más fascinantes maravillas. Las cifras no engañan: cuatro quintas partes de Suiza son montañas, y más de 48 cimas superan los 4000 metros de altitud. Para poder disfrutar de estos lugares únicos y apreciar las inigualables vistas de sus cimas, Suiza cuenta con todo tipo de medios, desde trenes cremallera hasta funiculares y teleféricos.
A finales del año 2017 se inauguraba el funicular más empinado de Europa: el vanguardista Stoosbahn. Situado en el cantón suizo de Schwyz, conduce hasta la localidad de Stoos, y alcanza en algunos tramos una pendiente del 110%.
Desbanca así al funicular Helmer, en Grimselwelt, inaugurado en 1926 con una inclinación del 106%. Pero Grimselwelt sigue teniendo su atracción, ya que en esta localidad está el Triftbrücke, un puente colgante espectacular que permite disfrutar durante los meses de verano del lago Trift, cuando su glaciar se derrite.
Uno de los medios más curiosos es el ascensor de Hammetschwand. Éste es el ascensor al aire libre más alto (1132 metros) y también el más rápido del mundo: recorre 152 metros en menos de un minuto. El vertiginoso viaje merece la pena, ya que permite llegar a un mirador desde el que se divisa el lago de Lucerna.
El teleférico de Schilthorn es el más largo de los Alpes, con 7000 metros de cable, y lleva en poco más de 30 minutos a la cima del Schilthorn, de 2970 metros, también conocida como el Mirador 007, ya que allí se rodaron algunas escenas de la película de James Bond Al servicio de su Majestad. El helipuerto creado para la película es hoy en día un mirador, y ahí se encuentra una exposición permanente sobre la producción.
En Jungfraujoch se encuentra la estación de tren más alta de Europa. El famoso tren Cremallera Rojo tarda dos horas desde Kleinscheideck hasta el Top of Europe. Desde esta cumbre, a 3454 metros, un ascensor conduce a la terraza panorámica del observatorio de Sphinx (3571 metros), que inspiró la célebre escena de la película El Gran Hotel Budapest en la estación del teleférico.
También es destacable el Tren Cremallera de Lucerna, que es el más empinado del mundo. Éste lleva al Monte Pilatus, que debe su nombre a que, según la leyenda, Poncio Pilato fue enterrado ahí.
Por último, y para los más valientes, queda el primer teleférico del mundo de dos pisos: el Stanserhorn-Bahn. Pero no se trata de dos pisos normales, sino que el segundo es totalmente descapotable, pudiendo disfrutar de las vistas durante todo el viaje al monte Stanserhorn (1900 metros).
Si aun así te has quedado con ganas de más emoción, este julio de 2018 se inauguró el puente colgante peatonal más largo del mundo: el Europabrücke, con una longitud de 494 metros, que une los pueblos de Zermatt y Grächen
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