Viena

Y llegamos al final, al postre.

Aunque aquí, en Austria, no podemos quedarnos sólo en el postre. Porque su repostería nos ofrece una increíble variedad de dulces para tomar en cualquier momento del día. Variedad que se fue enriqueciendo por la influencia de la cultura pastelera de las distintas partes del Imperio a través de los cocineros que llegaban a la Corte vienesa del Emperador.

Están los grandes clásicos que todos conocemos, el Strudel, la Sachertorte y la Linzertorte, que siempre se acompañan, como el café, con nata o crema batida (Schlagobers).  No tan conocidos fuera de Austria, el Salzburger Nockerl, los Palatschinken (crepes), los Wachauer  Marillenknödel (bolitas rellenas de albaricoques de la región de Wachau), Marmorgugelhupf,  Krapfen (buñuelos), Tascherl y los Buchteln (brioches enrollados o rellenos de confituras) y algunos postres de sartén como el Kaiserschmarren (crepe gruesa y dulce).

 

 


 

1 – Strudel de manzana

 

En tiempos de la emperatriz María Teresa de Austria el Strudel de manzana se convirtió en el postre preferido de la nobleza.

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La receta más antigua del Strudel de manzana se remonta a 1696. Desde entonces lo más importante es hacer una masa tan fina que parezca transparente.

El origen de la masa nos lleva a Oriente Medio aunque con un relleno diferente. Los soldados otomanos lo llevaron a  Hungría y finalmente llegó a Viena donde se rellenó por fin de manzanas con azúcar y canela. En sus orígenes el Strudel era una comida bastante popular entre los soldados porque duraba mucho tiempo. Pero en Viena se convirtió en una exquisitez.

Hay una variante del Strudel de manzana, el Topfenstrudel, o Strudel de queso batido (Quark o Topfen). Fuera conocemos el de manzana, pero en Austria el de queso batido es igual de popular o más.
Topfenstrudel

 

Sea de manzana o queso, los austriacos lo acompañan con una salsa caliente de crema aromatizada con vainilla. Y en las cafeterías o restaurantes se añade helado de vainilla.

 

 


 

2 – Linzer Torte

 

La receta de la Linzer Torte o tarta Linzer es la más antigua del mundo y se encuentra en un libro de cocina en el archivo de la Abadía de Admont (en Estiria). El pastelero austriaco nacido en Baviera, Johann Konrad Vogel,  se trasladó en 1822 a Linz y fue quien inició la producción en masa de la tarta, haciéndola famosa en todo el mundo.

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Es una tarta con un relleno de mermelada de grosella  con una cobertura crujiente de masa enrejada sobre la que pueden espolvorearse almendras laminadas . También se puede hacer con mermelada de albaricoque, ciruela o frambuesa. Es un postre navideño en Austria, Hungría, Suiza y Alemania.

La pastelería que se encuentra en la calle Herrenstrasse 22 en Linz se encarga, desde 1929, de hacer esta tarta y exportarla al extranjero.

 

 


 

3 – Sachertorte

 

hotelsacherLa Sachertorte es una tarta formada por dos partes de bizcocho  de chocolate y mantequilla separadas por una fina capa de mermelada de albaricoque, recubierto todo por un glaseado de chocolate negro que ayuda a que se conserve largo tiempo. La tarta se sirve acompañada (cómo no) de nata montada.
La historia cuenta que fue creada en 1832 cuando el ministro de Asuntos Exteriores del Imperio austro-húngaro, el príncipe von Metternich, pidió un postre muy especial para una cena con personalidades de la aristocracia. La fortuna hizo que su jefe de cocina enfermara  y su aprendiz de repostería, Franz Sacher, un joven de 16  años, tuviera que asumir esa responsabilidad.
La receta fue perfeccionada por su hijo mayor Eduard durante su formación en el café Demel hasta que fundó el hotel Sacher en 1876, donde continuó la venta de su famoso postre.
Hoy el Hotel Sacher situado enfrente de la Opera Estatal de Viena cuenta también con el Hotel Sacher Salzburg  y envían alrededor de 360.00 tartas al año por todo el mundo.

 

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4 – Los cafés de Viena

 

En Viena una porción de tarta se acompaña siempre de un café. Nuestra última ruta gastronómica del verano nos lleva por los cafés más emblemáticos de Viena.

La historia de la cultura de los cafés vieneses comienza en 1683 cuando la ciudad de Viena estaba siendo asediada por los turcos en un nuevo intento de conquistarla. Un vienés llamado Georg Franz Kolschitzky (1640-1694) fue decisivo en la liberación de la ciudad y recibió, en compensación por ello, unos sacos de café que los turcos habían dejado abandonados, entre otras muchas cosas, en su retirada.  Nuestro héroe también fue premiado con la primera licencia oficial para vender café a los vieneses que desconocían hasta ese momento esa bebida. El negocio tuvo mucho éxito.

 

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El primer café de Viena del que se tiene información oficial fue abierto en 1685 por Johannes Diodato (1640-1725), nacido en Estambul.

En la historia de los cafés también fue decisiva la práctica de poner a disposición de sus clientes periódicos (1720 en el Kramersches Kafffehaus en el centro de Viena). Las viviendas en Viena eran pequeñas, frías y oscuras de manera que los escritores, pintores, músicos, intelectuales y sus mecenas preferían reunirse en las cafeterías para charlar, leer, trabajar, jugar y hacer negocios. Y desde el momento en que ofrecían periódicos locales e internacionales de forma gratuita, rápidamente se convirtieron en un lugar donde, además, poder acceder a la información.

O cuando el café pasa a ofrecer también comida caliente y bebidas alcohólicas. Esto último tiene su origen en el bloqueo comercial que impuso Napoleón a Inglaterra. Al vetar las importaciones inglesas, la Europa continental se vio en la obligación de prescindir de algunos productos coloniales como el café. Lo que llevó a los cafeteros vieneses a buscar otras fuentes alternativas de ingresos creando así un nuevo tipo de establecimiento, el Kaffee-Restaurant que ha llegado hasta nuestros días junto con el Kaffee-Konditorei.

Su época dorada fue el fin del s. XIX, principios del XX. Pero, después de un tiempo más incierto, volvieron a recuperar el protagonismo en la vida cultural de Viena. Porque los cafés vieneses fueron siempre centro de reunión social.

En 2011, la tradicional cultura de los cafés de Viena fue declarada práctica social en la Lista Nacional del Patrimonio Cultural Intangible de la UNESCO.

Austria, y en particular Viena, es mundialmente conocida por sus cafés. El Sacher, el Imperial o el Bristol, la pastelería Demel o los viejos cafés  Hewelka, Landtmann, Central o Schwarzenberg. Por citar sólo unos pocos.

 

Café Landtmann

Inaugurado en 1873 por Franz Landtmann, se encuentra en las inmediaciones del Burgtheater. Famoso por su Apfelstrudel tiene su propia tarta, la Tarta Landtmann, hecha con nougat de avellana, capas de masa del mismo fruto y mazapán de naranja.

Café Landtmann

 

Café Central (Herrengasse 14)

Situado en un majestuoso edificio en el centro de Viena, abrió sus puertas en 1876 en el centro de Viena, al lado del Hofburg (antigua residencia de los Habsburgo), y pronto se convirtió en punto de encuentro entre la intelectualidad de la época. Sigmund Freud, Leon Trotsky durante su exilio en Viena y Stefan Zweig fueron algunos de los habituales. El café se encuentra en la planta baja del Palacio Ferstel, un antiguo banco conocido como Palacio Ferstel en honor a su arquitecto, el austriaco Heinrich von Ferstel.  Excelente café, deliciosa repostería (con una tarta de creación propia que lleva su nombre a base de chocolate y mazapán) y conciertos de piano.

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Café Hawelka (Dorotheergasse 6)

Debe su nombre a su fundador en 1939, Leopold Hawelka, una leyenda en la ciudad de Viena. Una parte de su fama se debe a sus famosos Buchteln, una creación de la casa que se elabora a base de bizcocho relleno de mermelada de ciruela.

Café Hawelka

 

Café Frauenhuber (Himmelpfortgasse 6)

Es el café más antiguo de Viena. Pocos lugares pueden presumir de haber tenido al piano figuras como  Beethoven y Mozart quien hizo aquí su última representación pública el 4 de marzo de 1791. En su carta están todos los clásicos pero presumen de sus Kaiserschmarren.

Café Frauenhuber

 

Café del Hotel Sacher (Philharmoniker Strasse 4)

Todo un clásico, donde tomar la Original Sacher Torte. Después de años de disputas con el café Demel se decidió en 1963 que éste sólo podría utilizar el nombre de Eduard Sacher Torte.

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Café Museum

Ubicado cerca del mercado Naschmarkt, abrió en el año 1899 y fue decorado por el arquitecto austriaco Adolf Loos, quien convirtió la silla de bistrot ideada por el ebanista alemán Michael Thonet en un símbolo de los cafés vieneses. Asiduos al Museum, Gustav Klimt, Oscar Strauss o el arquitecto Otto Wagner.

Cafe Museum

 

Café Sperl (Grumpendorfer Strasse 11)

Ofrece desde 1880 comida tradicional austriaca y pastelería de la casa, como la conocida Sperltorte, con chocolate, almendra, vainilla y canela. Destaca su elegantísima decoración interior de estilo Art Nouveau compuesta por sillones de terciopelo rojo, parquet y muebles de madera oscura.

Café Sperl

 

Café y Pastelería Demel (Kohlmarkt 14)

En pleno centro de Viena cerca del Hofburg. Su historia se remonta a 1786. Fue acreditada como la confitería Imperial y Real de los hijos de Demel y ha sido uno de los lugares favoritos de reunión de la aristocracia y la burguesía. Como todo café que se precie tiene su propia tarta, la Tarta Demel, con chocolate y nueces. Sus escaparates decorados son famosos en toda la ciudad.

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Mucha historia y muchas historias alrededor del café.

Y todas las que nos hemos dejado por el camino.

Bis bald!

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