Geográficamente es una región montañosa en el suroeste de Alemania, perteneciente a Baden-Württemberg, que limita con Francia y Suiza. Es famosa no sólo por sus densos bosques, sino también por sus cascadas, lagos y los pueblecitos de casas de fachadas con entramado de madera y calles empedradas. ¿Nuestra excusa para visitarlo? Por supuesto, la tarta Selva Negra (Schwarzwälder Kirschtorte). ¡Y no es mala excusa! Se trata quizás del postre universalmente más famoso de Alemania, con sus capas de bizcocho de chocolate empapado en el famoso licor de cerezas de la región, nata y cerezas.
– PRIMERA PARADA –
Triberg
Aunque hay dudas sobre el origen de la tarta, el pastelero Josef Keller se consideró en su momento el primero en elaborar este postre en 1915 en el Agner Café, en Bad Godesberg. Posteriormente abrió su propia cafetería en Radolfzell. Aquí comenzó a trabajar un joven pastelero, August Schäfer, que recibió de su maestro la receta original y continuó preparándola en el Triberg Café Schäfer, donde comenzamos nuestra ruta por la Selva Negra.
Después de probar la famosa tarta del Café Schäfer… ¡nos vamos de paseo! Triberg es un pequeño pueblo muy cerca de Friburgo en pleno corazón de la Selva Negra y famoso por sus relojes de cuco. Aquí podemos visitar la casa de los 1.000 relojes de cuco para comprar un recuerdo. O el Reloj de Cuco de Schonach, a las afueras de Triberg, que también tiene tienda en su interior. Aunque relojes de cuco pueden adquirirse en otras muchas tiendas de este pueblo tan turístico conocido básicamente por sus relojes y por las pastelerías que ofrecen la famosa tarta. Y, si realmente te apasionan estos relojes, puedes visitar la ruta de los relojes de cuco de la Selva Negra que te llevará a uno de los relojes de cuco más grandes del mundo en Schonachbach.
Cerca de Triberg podemos visitar la cascada (Triberger Wasserfälle) dando un paseo paralelo a las aguas del río Gutach.
– SEGUNDA PARADA –
Titisee
Ahora nos vamos al Titisee, al sur de Triberg, uno de los lugares más turísticos del sur de Alemania. El Titisee es el lago más grande de la Selva Negra, y hay una ruta que rodea el lago que se puede hacer a pie o en bici. También puedes subir a la noria que hay a orillas del lago y tener las mejores vistas. Por supuesto, en el lago se alquilan barcas, se dan paseos en barcos más grandes o incluso hay una playa para los valientes que se atrevan a meterse en el agua (un poco fresquita), y se practican actividades acuáticas como el windsurf, la vela o la pesca.
Para tomar la tarta Selva Negra hay muchas opciones, pero ya que estamos aquí buscamos una con vistas al lago, el Bergsee Restaurant: con terraza con vistas al lago ofrece también los platos típicos de la región.
Desde el Titisee nos vamos al Feldberg, el pico más elevado de la Alta Selva Negra. Fuera de la temporada de invierno se puede subir en coche o en teleférico. Desde el punto más alto, la torre Feldberg, se puede disfrutar de unas impresionantes vistas panorámicas que se extienden, si el día lo permite, hasta el Mont Blanc.
– TERCERA PARADA –
Freiburg im Breisgau
Empezamos el recorrido hacia el norte. Primera parada: la ciudad universitaria de Friburgo de Brisgovia (Freiburg im Breisgau), una de las ciudades más visitadas del país. Empezamos la visita por la catedral en la Münsterplatz, con sus paredes de color rojizo, su torre de 116 metros y sus maravillosas vidrieras. En esta plaza hay un mercado de lunes a sábado (Münstermarkt), y está El Almacén Histórico, un precioso edificio muy característico.
Ah, y la casa de los vinos de Baden (Alte Wache), donde probar alguno de los vinos de la tercera mayor región vinícola de Alemania (para otra ocasión dejamos la ruta del vino de Baden, la ruta del vino más larga de Alemania).
Pasamos por la Rathausplatz con su antiguo ayuntamiento, que hoy es sede de la Oficina de Turismo, y el nuevo, un antiguo edificio universitario, y seguimos el paseo por la Kaiser-Joseph Strasse, que desemboca en una de las puertas de entrada a la ciudad, la Martinstor. Ésta, junto con la Schwabentor, son las dos puertas de entrada que quedan de las cinco que llegó a tener Friburgo. Por último, buscamos un café en la calle Gerberau, preciosa calle peatonal que transcurre junto al canal (Gewerbekanal) que cruza la ciudad y que está llena de cafés y cervecerías en la zona llamada “pequeña Venecia”.
Y hablando de cervecerías, no podemos dejar de mencionar la importancia de la producción de cerveza artesanal en Friburgo, sede desde 2015 del Festival de la Cerveza Artesanal, el Craftival, con participantes de todo el mundo.
– CUARTA PARADA –
Gengenbach
Antes de llegar a Baden paramos en Gengenbach, muy cerca de la frontera con Francia. Para muchos, el pueblo más bonito de la Selva Negra. Y lo cierto es que es un pueblo de película (nunca mejor dicho porque ha sido escenario de muchas películas). ¿La más conocida? Charlie y la fábrica de chocolate.
Eso sí, en la película dicen que es Düsseldorf (¡pero es mentira!)
Es muy pequeñito. Al casco antiguo se accede por la Torre de la Puerta Superior (Kinzigtorturm) con su característico reloj y su campanario. Y enseguida llegamos a la Plaza del Mercado (Marktplatz) con el Ayuntamiento (Rathaus) y sus 24 ventanas que en el período navideño representan el Calendario de Adviento más grande del mundo.
Uno de los monumentos más importantes es la Stadtkirche Sankt Marien, iglesia barroca de la antigua abadía que sorprende por su colorido interior. Pero quizás el gran atractivo de Gengenbach es el callejeo por Engelgasse y Höllengasse. Las casas de estas calles adoquinadas, con el característico entramado de madera, están adornadas con flores y enredaderas.
En la parte norte del casco antiguo destaca otra torre: la Obertorturm. Es una de las cinco torres que se conservan de época medieval y que servían como entradas a la ciudad. Otra de estas torres en Niggelturm, que alberga en su interior el Narrenmuseum (museo de los Bufones) con un magnífico mirador de Gengenbach en el último piso.
Para el momento del descanso salimos de Gegenbach y nos vamos a Durbach, al Schloss Staufenberg. Un castillo situado en lo alto de una colina con una terraza desde donde disfrutar de unas increíbles vistas de los viñedos de la zona. Además de probar alguna de las especialidades de la región podemos visitar el bar de vinos.
– CUARTA PARADA –
Baden-Baden
La Selva Negra también es conocida por sus balnearios hidroterápicos situados en su mayoría cerca de los ríos Oos y el Wolfach, pero Baden-Baden es la ciudad de las termas por excelencia. Una ciudad balneario entre montañas y bosques, se desarrolló en el s. XIX como lugar de veraneo de lujo y se dio a conocer internacionalmente por la calidad de sus baños termales, por la gran belleza de sus villas modernistas y por tener unos lujosos balnearios de maravillosas cúpulas.
Aquí empezamos con un paseo por la Lange Strasse, la calle principal con los típicos edificios de estilo clásico y las tiendas más elitistas de moda y joyerías y relojerías de lujo y complementos.
El paseo por la Kaiserallee al lado del río Oos permite ver los palacios hoy convertidos en hoteles de lujo, sus jardines y cruzar por alguno de sus bonitos puentes.
Museo Fabergé, que alberga las creaciones de uno de los joyeros más famosos de la historia y el Frieder Burda, con una de las colecciones de arte moderno más importantes del mundo.
El Kurhaus, un complejo de spa, centro de conferencias y casino. Este casino es considerado como uno de los más bonitos del mundo. De hecho, ofrece visitas guiadas para aquellos que quieran conocerlo pero no quieran dejarse su dinero en el juego.
Cerca del casino se encuentra Trinkhalle, una galería del siglo XIX con sus columnas y pinturas murales.
Y, por supuesto, los balnearios, cuyas aguas vienen en su mayoría desde más de 1800 metros de profundidad y pueden llegar a alcanzar temperaturas superiores a los 60ºC. Uno de los balnearios más visitados son las Termas de Caracalla, que tomando prestado el nombre de las romanas, ofrecen más de 400 m2 dedicados exclusivamente al relax en sus aguas termales.
El Friedrichsbad que fue considerado uno de los balnearios más lujosos y modernos de Europa. Bajo él se encuentran las ruinas de los baños romanos construidos hace 2.000 años en la ciudad llamada entonces Aquae Aureliae.
En Baden-Baden encontramos también los mejores restaurantes donde saborear la cocina de la región. Y el Café König, todo un clásico, con una bonita terraza y el mejor surtido de la repostería alemana.
Termina nuestro viaje por la Selva Negra. Nos ha traído aquí una tarta pero la región tiene mucho más que ofrecer. Hay embutidos ahumados, jamón, panceta, salchicha, y también quesos. Es importante la carne de caza, el ciervo o el jabalí. Uno de los platos más famosos es el solomillo de corzo. Para acompañar la carne tienen un pasta muy típica de todo el sur de Alemania, el Spätzle, y su variante, el Käsespätzle (pasta con crema de queso y cebolla frita). O Maultaschen, pasta rellena de carne, espinacas o cebolla. Y pescados de aguas dulces como la trucha.
Y claro: vino y cerveza, nuestra próxima excusa para volver a la Selva Negra 😉
