Y ya estamos en Alemania, en concreto en el valle del Mosela, al oeste del país, buscando los afamados Riesling alemanes.
La uva riesling es originaria de la región del Rin aunque su cultivo se ha extendido por otros países como Francia, Suiza, Austria, Croacia, Hungría e incluso Australia o California. Pero siempre ha producido mejores resultados en climas fríos.
Actualmente, casi el 60% de la superficie del viñedo mundial plantado con riesling está en Alemania. En sus trece regiones vitivinícolas que se concentran principalmente en el suroeste, en los valles del Rin y del Mosela y sus numerosos afluentes. Fuera de aquí, tenemos las dos regiones de cultivo de Sajonia y Saale-Unstrut en el este.
Alemania produce esencialmente vinos blancos (más del 80% de la producción total), y, como te podrás imaginar, el más conocido es el elaborado con la uva Riesling. Pero hay más variedades: la Müller-Thurgau (híbrido de la Riesling, de calidad algo inferior); la Ruländer, la Gewürztraminer y la Sylvaner (poco conocida fuera del país pero que produce vinos de gran calidad.)
Pero volvamos al Riesling, que es a lo que hemos venido. La uva riesling es una uva pequeña pero muy potente y suficientemente capacitada para no requerir del aporte de otras variedades para conseguir vinos espléndidos. Tampoco de su paso por las barricas de roble.
Con esta uva se producen gran variedad de vinos:
– Los vinos secos, que envejecen muy bien en botella.
– Los dulces, muy aromáticos.
– Y los impresionantes vinos de hielo, cuyas uvas son recolectadas durante la noche, a temperaturas bajo cero.
¡Ahora nos toca hacer el viaje por la mejor zonas para beber este delicioso vino! La mejor zona de viticultura alemana se encuentra en el centro del curso del río Mosela, zona conocida como el Valle de Mosela.
Mosela es una región límite para cultivar viñas. Un poco más al norte resulta ya imposible. Aquí colabora el río, que modera las temperaturas, y las espectaculares pendientes empinadas que garantizan más horas de sol sobre las uvas. Las buenas laderas para viña están orientadas hacia el sur, este y oeste. Así se aprovecha al máximo la escasa luz solar y el calor.
El río Mosela nace en el macizo de los Vosgos, en Francia, pasa por Luxemburgo y ya en Alemania recorre 208 km por el Estado de Renania-Palatinado hasta desembocar en el Rin, en la ciudad de Coblenza.
El valle es famoso por la forma serpenteante del río que deja unos paisajes espectaculares, preciosos pueblos y castillos de película.
1 – Trier
Empezamos la ruta en Trier, ciudad patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1986 en la frontera con Luxemburgo.
Es la ciudad más antigua de Alemania, fundada por los romanos (por eso también es conocida como La Segunda Roma), que dejaron su huella en la Porta Nigra, el Anfiteatro, las termas imperiales o el puente romano, el más antiguo de Alemania. Trier, o Tréveris, llegó a ser una de las ciudades más importantes del Imperio Romano.
Porta Nigra
Anfiteatro de Tréveris
La catedral de San Pedro, la iglesia de Nuestra Señora, la Basílica de Constantino o la preciosa Plaza del Mercado también merecen una visita.
Catedral
2 – Bernkastel-Kues
Bernkastel-Kues es uno de los pueblos más bonitos del valle, nacido de la unión de dos pueblos diferentes a ambos lados del río y unidos por un puente. ¿Que qué ver aquí? La Marktplatz, el ayuntamiento de 1608, la Spitzhäuschen (la casa más antigua del pueblo con una forma puntiaguda), sus iglesias, sus fuentes… Y, por supuesto, su castillo, el castillo de Landshut, destruido casi por completo por un incendio en 1692 y reconvertido en un maravilloso mirador hacia el pueblo y el río.
No te puedes perder la preciosa Marktplatz
Un pueblecito que en Navidad es verdaderamente mágico
3 – Traben-Trarbach
Traben-Trarbach, también dos antiguos pueblos situados a ambos lados del río. Traben fue a principios del siglo XX el segundo punto de distribución de vino más importante de Europa después de Burdeos.
Además de las casas tradicionales del Mosela y las ruinas de la antigua fortaleza Mont Royal y del castillo Grevenburg, hay que visitar las bodegas bajo la ciudad e interconectadas entre sí de manera que se puede ir de un extremo al otro de la ciudad a través de ellas. Y es en estas bodegas donde tiene lugar el mercado de Navidad.
Brückentor
4 – Castillos del Mosela
El Mosela traza un amplio meandro a la altura de Bremm que puede verse desde uno de sus miradores. Además, en esta zona se encuentran los viñedos Calmont, los más escarpados de toda Europa.
Pasado Bremm nos quedan por visitar dos castillos más:
El impresionante castillo Reichsburg de Cochem
Y el Burg Eltz, considerado uno de los castillos más bonitos de Europa y al que se accede desde un puente de piedra.
Antes de llegar a Coblenza los más atrevidos querrán cruzar el valle por el puente colgante de Geierlay sobre el cañon Geierlay que une Mosdorf y Sosberg. Se trata de un puente de 360 metros de largo y 90 de altura.
5 – Coblenza
Coblenza está al final de nuestra ruta, justo donde el Mosela desemboca en el Rin. En este punto, en la Deutsches Eck, podemos visitar el impresionante monumento al emperador Guillermo I, el Kaiserdenkmal, para conmemorar la Unidad Alemana.
Enfrente, al otro lado del Rin, está la fortaleza de Ehrenbreitstein. Desde aquí, a casi 120 metros sobre el Rin las vistas sobre la ciudad son espectaculares y la mejor manera para subir es el teleférico.
El centro histórico de la ciudad está lleno de callejuelas con arquitectura típica de la región, aunque muchos edificios fueron destruidos en la guerra. Y plazas, cada una con su historia: la Münzplatz, donde durante muchos años se acuñaba la moneda del electorado de Tréveris; en la Görresplatz una columna de varios metros de altura muestra la historia de la ciudad; y en la plaza Florinsmarkt se pueden ver los edificios más antiguos de Coblenza.
Görresplatz
El Ayuntamiento está en la Jesuitenplatz, que recibe este nombre debido a que los edificios que ahora ocupa el ayuntamiento fueron en su momento un convento y un colegio de la orden de los jesuitas.
Fuera de la ciudad, en una colina boscosa, se encuentra el castillo de Stolzenfels, inaugurado en 1842 y construido sobre las ruinas de un castillo medieval.
De este castillo parte otra ruta no menos interesante, la ruta de los castillos del Rin, entre Coblenza y Maguncia.
Pero eso es otra historia. Nosotros tenemos que irnos a Berlín